"Advent: the Season of Hope" - A Message from Bishop Provenzano

The Rt. Rev. Lawrence C. Provenzano
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Traducción en español está abajo.

Dear Siblings in Christ,

As we begin the new liturgical year and the season of Advent, I wish to share with you a piece of wisdom gained during a webinar with our Presiding Bishop Michael Curry and the Archbishop of Jerusalem and the Middle East, Hosam Naoum on the Tuesday before Thanksgiving.

Archbishop Naoum, responded to a question regarding the celebration of Christmas this year in his province, and especially in the Diocese of Jerusalem. Amid this war and the massive loss of lives, destruction of homes and vital infrastructure, and holding of hostages and prisoners, he suggested that the whole church intensely focus on the Advent themes of Hope, Love, Joy, and Peace. (And I fervently pray that the current cease-fire in place as I write this will continue.) Archbishop Naoum added that we ought to strive to put a smile on a child’s face as a counterbalance to the despair and anguish of the thousands of children caught in the middle of this war. I thought this especially appropriate in this season leading up to the celebration of the birth of the Christ Child, our Savior.

In the context of our diocese and the communities we serve, a refocusing of our attention and activity might be a helpful and holy endeavor. I suggest that a focus on Hope, and a focus on Love, Joy and Peace, a turning down the volume and intensity of our often chaotic and frantic preparation for Christmas, become part of our Advent discipline. 

In reality, there is little we can do as individuals to affect peace in the Holy Land. But we can create peace in our communities, our places of work, our schools, our churches, our homes and our hearts. The prayers and liturgies of Advent in our tradition all point us toward interior preparation and peace-making. It is a time of anticipation for the coming of the Christ Child anew in each of us and the situations of our lives. Use this time, not in frantic activity, but as God’s creation around us suggests: to slow down, calm down, pray down deep in our being as Mary did, “let it be done unto me according to your word”.

Use the traditions of Advent to pace the anticipation rather than accelerate the celebration. Advent, as its own season, beckons us to an alternative to the chaos, and provides a period of waiting and watchfulness that is holy, wise, and helpful to God’s people. Seek to make peace with those around you, live in joy, and share God’s love with everyone in the hope of the coming of the kingdom of God.

Bring a smile to a child’s face by creating calm and warmth in their lives. Spend time teaching a child the stories that bring us to this holy season and shield them from the harshness so often associated with the frantic nature of getting to Christmas Day.

The awaited Feast of the Incarnation reminds us in this season, that the birth of Jesus happened amid a world in turmoil, political struggles, wars, and the slaughter of the innocent children for the sake of power and control.  In this Advent season, let it be our purpose to stand against such inclinations and focus our prayers, our activities and our very lives on the Hope, Joy, Love, and Peace that comes to us in Jesus Christ.

Have a blessed and holy season of Advent as we await the Celebrations of Christmas.

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The Rt. Rev. Lawrence C. Provenzano
Bishop of Long Island
 

 

Adviento: Tiempo de Esperanza

Queridos Hermanos en Cristo,

Al comenzar el nuevo año litúrgico y el tiempo de Adviento, deseo compartir con ustedes un fragmento de sabiduría adquirida durante un seminario web con nuestro obispo presidente Michael Curry y el arzobispo de Jerusalén y Medio Oriente, Hosam Naoum, el martes antes del Día de Acción de Gracias.

El arzobispo Naoum respondió a una pregunta sobre la celebración de la Navidad este año en su provincia, y especialmente en la Diócesis de Jerusalén. En medio de esta guerra y de la pérdida masiva de vidas, la destrucción de hogares e infraestructuras vitales y la retención de rehenes y prisioneros, él sugirió que toda la Iglesia se centrara intensamente en los temas de Adviento de esperanza, amor, alegría y paz (y rezo fervientemente para que continúe el alto al fuego vigente mientras escribo esto). El arzobispo Naoum añadió que deberíamos esforzarnos darle una sonrisa a un niño como contrapeso a la desesperación y la angustia de los miles de niños atrapados en medio de esta guerra. Esto me pareció especialmente apropiado en este tiempo previo a la celebración del nacimiento del Niño Jesús, nuestro Salvador.

En el contexto de nuestra diócesis y de las comunidades a las que servimos, un reenfoque de nuestra atención y actividad podría ser un esfuerzo útil y santo. Sugiero que centremos nuestra atención en la esperanza y en el amor, la alegría y la paz, bajando el volumen y la intensidad de nuestra preparación para la Navidad, a menudo caótica y frenética, como parte de nuestra disciplina de Adviento. 

En realidad, poco podemos hacer como individuos para lograr la paz en Tierra Santa. Pero podemos crear paz en nuestras comunidades, nuestros lugares de trabajo, nuestras escuelas, nuestras iglesias, nuestros hogares y nuestros corazones. Las oraciones y liturgias del Adviento en nuestra tradición nos orientan hacia la preparación interior y la construcción de la paz. Estamos en un tiempo de anticipación de la venida del Niño Jesús a cada uno de nosotros y a las situaciones de nuestra vida. Aprovechemos este tiempo no en una actividad frenética, sino como nos sugiere la creación de Dios a nuestro alrededor: para ir más despacio, calmarnos, rezar en lo más profundo de nuestro ser como hizo María: “hágase en mí según tu palabra”.

Usemos las tradiciones del Adviento para marcar el ritmo de la anticipación en lugar de acelerar la celebración. El Adviento, como temporada propia, nos invita a una alternativa al caos, y provee un período de espera y vigilancia que es santo, sabio y útil para el pueblo de Dios. Procura hacer las paces con los que te rodean, vive con alegría y comparte el amor de Dios con todos, en la esperanza de la llegada del Reino de Dios.

Haz sonreír a un niño creando calma y calidez en su vida. Dedica tiempo a enseñar a los niños las historias que nos traen a esta época santa y protégelos de la dureza tan a menudo asociada con la naturaleza frenética de llegar al día de Navidad.

La esperada Fiesta de la Encarnación nos recuerda en este tiempo que el nacimiento de Jesús se produjo en medio de un mundo convulso, de luchas políticas, guerras y asesinatos de niños inocentes en aras del poder y el control.  En este tiempo de Adviento, que nuestro propósito sea oponernos a tales inclinaciones y centrar nuestras oraciones, nuestras actividades y nuestras propias vidas en la esperanza, la alegría, el amor y la paz que nos trae Jesucristo.

Que tengas un tiempo de Adviento bendito y santo mientras esperamos las celebraciones de Navidad.

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The Rt. Rev. Lawrence C. Provenzano
Obispo de Long Island